Septiembre de 2008 : La historia se desarolla a lo largo de todo el planeta, pero como es obligado, comienza en Estados Unidos. Un nuevo virus comenzaba a azotar a la población Americana. Los primeros síntomas eran una repentina pérdida de trabajo y de ahorros de duración indeterminada. Dichos síntomas se agrababan dando lugar a una incapacitación de pago de hipoteca que finalmente desembocaba en un levantamiento de la misma pero carente del significado al uso, más bien significaba que te levantaban la casa.
Dicho virus era tratado con indiferencia por los gobiernos que denominaron a la primera cepa como 'inestabilidad' y mandaron comunicados pidiendo calma a la población. No pasó mucho tiempo antes de que dicha cepa se extendiera por todo el mundo afectando a todo tipo de personas y amenazando con producir una pandemia.
Los gobiernos hicieron saltar todas las alarmas y comenzaron a trabajar en el desarrollo de un antídoto eficaz. Los primeros intentos de paliar la enfermedad consistían en unos inyectables que, a corto plazo, produjeron leves mejoras en la población aunque no en toda, tan solo en gente relacionada con banca o política. Ante el estupor de los gobiernos, se seguía trabajando en una nueva cura aunque por supuesto no se dejaban de administrar las inyecciones a la población que evidenciaba una mejora evidente en su salud.
Mientras banqueros y políticos recuperaban su tono habitual, la enfermedad seguía haciendo estragos entre el resto de la población. Se seguía ensayando con fármacos experimentales tales como el "ERE" y los "SWAP" pero sus efectos secundarios no hacían más que empeorar la situación.
El mapa mundial de la pandemia seguía coloreandose en rojo mientras que los infectados se hacían resistentes a remedios paliativos tales como el "P.A.R.O." o los "4.26EUR" y comenzaban a sufrir una muerte en vida que daba paso a nuevo síntoma ya definitivo en la enfermedad; la mendicidad. Las calles se poblaban de infectados que vagaban sin rumbo en busca de algo que llevarse a la boca. Afortunadamente para los supervivientes, parecían carecer de pensamiento propio y mucho menos de conciencia colectiva, lo que les daba una ventaja considerable para seguir buscando una cura.
No sería hasta unos cuantos meses después cuando los supervivientes comenzaran a observar un comportamiento anómalo en los infectados. Daba la ligera impresión de que comenzaban a entablar entre ellos el atisbo de lo que podía ser una rudimentaria comunicación basada principalmente en quejidos y lamentos. Este modo de actuar derivó en la formación de pequeños grupúsculos que, ante la mirada atónita de los supervivientes, se asentaban frente a puertas y ventanas de sucursales bancarias y ayuntamientos, los refugios más comunes entre los no infectados.
No pasó mucho tiempo antes de que las pequeñas agrupaciones se convirtieran en hordas hambrientas de ¿cerebros? ¿visceras? no! hambrientas de obtener la misma cura que estaba manteniendo lozanos a banqueros y políticos. Ante este proceder tan poco común de Zombies e infectados en general, su denominación pasó a ser la de "Indignados" para distinguirlos del clásico caminante. Las calles se hacían practicamente intransitables por el día. Tan solo por las noches algunos valientes se atrevían a salir en busca de combustible para poder seguir manejando sus coches oficiales o de renting. Los indignados vigilaban por turnos, pero la falta de alimentos los hacía vulnerables al cansancio y por ello durante la oscuridad eran vencidos por el sueño.
Con el paso de los meses, las alcantarillas se convirtieron en las carreteras de los supervivientes, lo que les valió el apelativo de "ratas" o "cucarachas" debido a las rutas de tránsito que utilizaban. Cada vez quedaban menos y en sus reuniones se podía palpar la desesperación y la urgencia. La falta de una cura efectiva hacía la situación insostenible. La observación exhaustiva de los indignados había dejado de ser útil hacía ya mucho tiempo. Los componentes principales de los inyectables que habían funcionado al principio, el "dinerol" y la "abusina", escaseaban y las "ratas" no estaban dispuestas a compartilos con los salvajes del exterior.
Se avecinaba una inevitable masacre y todos eran conscientes de ello...
No quiero desvelar el final de la película porque estropearía la sorpresa, pero lo que sí que os puedo adelantar es que lo han dejado abierto para una segunda parte...
Podéis ver esta película en los mejores cines, en los peores o desde la ventana, la emiten en todas partes...
Murderdolls : Down of the dead (we are the dead and we're comin' for you)
Hace 3 horas
5 comentarios:
Que bien contado Oido! jodido dinerol... Lo he visto desde mi ventana, pero decidi sumarme a las ratas, por aquello de estar de ese lado, sin cura... Ir a la manifestacion del 19J ha sido una de las mejores cosas que he hecho ultimamente. Aunque sirva o no, por mi y para todos.
Eso siempre es bueno.
Un abrazo, y ojalá puedas contar (y podamos vivir) otra pelicula o con un buen final.
Un abrazo!
Mar.
Ains... es una mierda estar metidos en todo esto, pero más mierda es aún poder verlo con perspectiva y saber que los responsables que podían haberlo evitado o minimizado no hicieron nada mientras nosotros sufrimos y seguiremos sufriendo las consecuencias...
genial visión de una realidad más que cruda! me quedo a ver el final, y como soy optimista, espero que ganen los buenos!!!
besos eloido, y fantástico trabajo!
Hay muchas razones para estar indignados y describes muy bien el caminar de los acontecimientos.me gusta como relatas, un abrazo!
muy bien contada toda la situación, a ver como acaba esto porque no esta nada claro
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