Otros sí que se preguntan el por qué de su existencia. Pasan gran parte de su vida anhelando hacer algo importante, dejar su impronta antes de que sea demasiado tarde. Inconformistas, soñadores empedernidos que fantasean con salir de su cubículo y ofrecer algo grande a los demás. Pero no lo hacen. Solo anhelan romper su crisálida aunque nunca lo consiguen.
Finalmente están los que deciden que esta vida solo tiene sentido si hacemos realidad nuestros sueños, pase lo que pase, sin importar lo que cueste. Los que le echan un par, cogen su guitarra y se fijan en sus héroes para ser parte de la historia, no la de los libros, sino de la suya propia. Son capaces de recordarnos a Dylan con composiciones íntimas y sosegadas como Beyond The Moon, My Shoes o Again, de sacar a pasear un cuarteto de cuerda exquisito y vestir nuestros sentidos de gala con joyas como Man For You o Listen Everybody, que ya nunca podré olvidar. Son capaces de abrazar el rock más clásico, envolvérnoslo en papel de regalo y dejarlo bajo nuestros arboles de navidad para que al abrirlo se escapen las asombrosas A Good Thing That You Know, Happines y Away From Home, estas dos últimas con claro sabor a los mismísimos Dire Straits. Música de autor, con personalidad, arrojo y desparpajo. Elegante, sutil, calibrada y mimada en cada acorde. Estos valientes, viajan con las alforjas llenas de historias cotidianas que contarnos, sin detenerse ante nada, sin preguntarse si su aventura les llevará a buen puerto o no. Se embarcan en un viaje con la mirada puesta en la linea del horizonte, ignorando qué o quienes les esperan al final del camino.
Es maravilloso que exista esta clase de personas, personas como Paul Zinnard que todavía creen en que la vida es para soñar, y los sueños para vivirlos...
2 comentarios:
No conocía a este artista, me gustan sus referencias y como suena
Me alegra mucho saber que te ha gustado!
Un saludo!!
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