The long and winding road...

Hoy voy a dedicar mi post a alguien muy especial. Con tanto trajín navideño ni había tenido tiempo de pararme a pensar que se acaban de cumplir 18 años desde que “le pedí salir” a mi media naranja. Tengo 35 con lo que ya llevo más de media vida con ella. Es como si siempre hubiera existido en mi vida, no concibo la palabra recordar sin que ella esté presente. Cuando comenzamos pensaba en ir poco a poco y que el tiempo decidiera, pero parece que el tiempo no va a decidir nada. No hay destino, no hay nada escrito. Bueno, no, el destino es morir, pero estoy convencido de que podemos vivir eligiendo qué hacer y con quién estar. No han sido 18 años de aguantar a nadie. Han sido 18 años de aprender a conocernos y comprender que podemos mejorar algunas cosas pero que otras nos las van a tener que aguantar. Podemos mejorar a nuestro compañero, pero no debemos confundir mejorar con “convertirlo en nuestro clon”. Ambos hemos hecho el esfuerzo de superar fobias y manías propias pero también hemos comprendido que hay que convivir y comprender algunas ajenas. Ella siempre me ha apoyado, ha alentado al inconformista que vive en mí y lucha cada día por hacer algo diferente y no convertirse en un ser rutinario. Me espera pacientemente a que termine en el blog, en mis colaboraciones y en mis búsquedas de series, pelis, comics y demás parafernalias frikis. Crítica mis textos con sinceridad a pesar de correr el riesgo de hundirme en la miseria! Se traga mis pelis infumables, mis series infumables y…bueno, todo lo que poca gente está dispuesta a aguantar. Se ríe con mi humor negro, soporta mis días de ogro venido de una oficina y me ayuda cuando tengo bajones y pienso en mandarlo todo al carajo. Pero lo más importante es que cree en mí. Y tener al lado a alguien que, a pesar de ver cómo la vida me engulle en su engranaje, sigue apostando por mí incondicionalmente, es tan infrecuente como una buena carta de Magic. No quiero extenderme más porque los post largos acaban por no ser leídos y no quisiera que os dejarais a medias un texto dedicado a la persona más importante de mi vida. Bueno, ahora también tenemos a nuestro cuarto de naranja (la peque). Voy a escoger tres canciones que han representado momentos muy especiales para nosotros. Es complicado elegir porque llevamos toda una vida juntos y la música ha estado siempre muy presente en nuestras aventuras, pero bueno, me voy a quedar con estos : La primera cinta variada que te grabé (y que te llevó a mi terreno) comenzaba con esta canción :

 

 En el festimad, tumbados en el césped con un mini de cerveza y viendo a Muse cuando sus conciertos no eran masivos. El mundo se paró durante unos instantes mientras sonaba esta canción :

 

 Una divertidísima aventura que vivimos para ver a los Lemonheads. Inolvidable hacer locuras y disfrutar de ellas. Nuestra canción, la que sigue :

 

 Amaya, te quiero, y te prometo que cuando la parca venga por casa, se tendrá que llevar a los dos…

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